Tatiana Villada Díez
Luz Damary Gómez Orozco
Sociedades del espectáculo
Universidad EAFIT
Medellín, 2013
El enemigo sutil
¿Ha pensado alguna vez qué lo hace ser como es, pensar como
piensa, vestir de cierta forma, tener unos hábito de consumo, tener ciertos
pensamientos y creencias; y por qué estos se parecen a los de muchos otros?
Si bien todas estas características se adoptan del medio en
el que nos movemos no siempre nos percatamos de qué es lo que nos impulsa a
actuar con cierta libertad o por el contrario, si nos sentimos coartados en el
amplio espectro que se nos presenta como el mundo de la independencia y la
autonomía. He aquí la prueba de que hemos optado por someternos a un sistema
social que se ha encargado de trasfigurar la vida privada en motivo de
expectación, no basta ya con el saber lo que importa, basta con el conocer lo
que no se conoce y qué importa si llegará a ser conocido, es la atracción por
lo que no interesa, por lo que caduca. Es a lo que David Lyon, basado en la
teoría de Zygmunt Bauman1, se refiere como a una debilidad en cuanto a los
limites sociales.
Nos hemos convertido en el propio panóptico de nuestro
existir, ya no basta con saber que somos sujetos de vigilancia, es el hallarnos
desnudos aún en el mayor grado de intangibilidad, es decir, en el menor grado
de existencia para otros; es sentir que somos objetos de observación en todo
momento, aun cuando seamos personas comunes y sin relevancia alguna para el
acontecer de la sociedad en general.
En el mundo actual, consumista, tecnológico y aterrorizado
por la intimidad ―porque la intimidad puede ser “peligrosa”―; el único sistema
social imaginable se soporta en ciudadanos convertidos en información que
circula y se enriquece en bases de datos conectadas a nivel mundial (ya sea
oficiales, comerciales o presentadas en forma de redes sociales, por ejemplo),
en cámaras de vigilancia registrando nuestra cotidianidad que ejercen control
no solo punitivo sino también psicológico y en el establecimiento de estándares
de modos de vida, modales y códigos de conducta, entre otros.
Cada que llenamos un formulario para solicitar algún
servicio en bancos o supermercados, que entregamos nuestros datos personales
para encuestas, que pagamos con nuestra tarjeta de crédito, que entramos en una
página web, que subimos imágenes a nuestras redes sociales, que usamos aplicaciones
de geolocalización para encontrar la ruta a una dirección, o que simplemente
deslizamos nuestros carnets para ingresar a nuestro lugar de trabajo o
universidad, estamos alimentando la base de datos que determina quiénes somos,
lo que hacemos y en dónde podemos o no estar. Actividades diarias comunes y
necesarias para nuestra subsistencia en el mundo se han convertido en sutiles
formas de control y vigilancia social para mantener el orden y en algunos casos
hacer cumplir la ley. Sin embargo, los estados no solo precisan de mantener el
orden, sino también la economía. El modelo capitalista occidental utiliza estos
mismos mecanismos para controlar el mercado. No es accidental que por todos los medios
(teléfono, televisión, radio, prensa, correo físico y electrónico, etc.) nos
lleguen constantemente ofrecimientos de productos, servicios, promociones e
invitaciones que aparentemente podrían suplirnos alguna necesidad. El sistema
nutrido de la información de las bases de datos ha logrado predecir y estandarizar
nuestros modos de consumo y así mismo nuestras actividades y comportamientos.
Si bien, hasta el momento estos mecanismos suelen ser
sutiles y casi siempre poco agresivos, los avances tecnológicos convergen en la
muy posible, casi segura, implementación de un sistema (software) de vigilancia
cada vez más autónomo y “confiable”, pero así mismo cada vez más invasivo y
restrictivo. Por eso no es de extrañarse que quienes han tratado el tema desde
diferentes formas de expresión y comunicación lo hagan con una clara
connotación negativa fruto de una preocupación emergente por la anulación del
individuo a través de la negación de su intimidad.
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1Lyon, David (2012). Liquid Surveillance: The Contribution of Zygmunt
Bauman to Surveillance Studies. International Political Sociology, 4 (4) 325-338. Recuperado de http://dx.doi.org/10.1111/j.1749-5687.2010.00109.x
Un completo
repaso de las manifestaciones del vigilancia y el control en ésta
"sociedad del espectáculo" en sus representaciones del mundo, lo
podrá encontrar en el siguiente link: www.cuncta.tk
Una página web producto de un trabajo universitario para la asignatura de
sociedades del espectáculo, realizado por: Lus Damary Gómez, Tatiana Villada,
Pedro Pablo Urrego y Catalina Jiménez; estudiantes de Comunicación social de la
Universidad EAFIT.
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